La Falsa Apariencia
Un día, por encargo de su abuelita, Adela fue al bosque en busca de setas para la comida. Encontró unas muy bellas, grandes y de hermosos colores llenó con ellas su cestillo.
-Mira abuelita -dijo al llegar a casa-, he traído las más hermosas...¡mira qué bonito es su color escarlata!
Había otras más arrugadas, pero las he dejado.
-Hija mía -repuso la anciana-
esas arrugadas son las que yo siempre he recogido. Te has dejado guiar por las apariencias engañosas y has traído a casa hongos que contienen veneno. Si los comiéramos, enfermaríamos; quizás algo peor...
Adela comprendió entonces que no debía dejarse guiar por el bello aspecto de las cosas, que a veces ocultan un mal desconocido. Fin.
-Mira abuelita -dijo al llegar a casa-, he traído las más hermosas...¡mira qué bonito es su color escarlata!
Había otras más arrugadas, pero las he dejado.
-Hija mía -repuso la anciana-
esas arrugadas son las que yo siempre he recogido. Te has dejado guiar por las apariencias engañosas y has traído a casa hongos que contienen veneno. Si los comiéramos, enfermaríamos; quizás algo peor...
Adela comprendió entonces que no debía dejarse guiar por el bello aspecto de las cosas, que a veces ocultan un mal desconocido. Fin.
Seño gracias por este cuento porque me a enseñado a no guiarme por las aparencias.
ResponderEliminarDe nada Miranda, es un placer poder compartir estos ratitos con vosotros.
ResponderEliminarMiranda tienes toda la razón del mundo.
ResponderEliminarA mi también me ha enseñado que hay a veces que el aspecto no importa , lo que importa es lo que hay dentro de las personas o todo tipode cosas.